Close
Familia Mundo

Migrantes retornan a sus países de origen

Miles de migrantes que soñaban con llegar a Estados Unidos están volviendo a sus países o deteniendo su ruta. Ahora, la migración va en reversa: llena de miedos, pobreza y

Migrantes retornan a sus países de origen
Redacción Mas Latino
  • Publishedjulio 6, 2025

Foto de Mario Beducci en Unsplash

Marielbis Campos, se detuvo en un pueblo del Caribe panameño, sin dinero, sin rumbo y con cuatro hijos a su cargo. Uno de ellos, de apenas un año, la acompaña en la espalda como lo hizo durante el cruce del Darién. El sueño de llegar a Estados Unidos ya no existe. Lo cambió por la idea de regresar a Brasil, donde alguna vez encontró algo de estabilidad.

Como Marielbis, miles de migrantes están dando la vuelta. Después de años de mirar hacia el norte, ahora caminan hacia el sur. El fenómeno no es anecdótico ni pasajero. Es una nueva ola migratoria, pero en reversa.

El viaje al revés de los migrantes

Desde noviembre de 2024, más de 12.700 migrantes han cruzado Panamá hacia Colombia, en dirección opuesta a la que años antes los llevaba al Darién. El 94 % de ellos son venezolanos. Atrás quedaron los discursos de oportunidades y la promesa del “sueño americano”. La vuelta se impone por necesidad, miedo o decepción.

Las razones del retorno son muchas: el endurecimiento de las políticas migratorias en EE.UU., el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, la falta de recursos para continuar, las extorsiones, los secuestros. Muchos esperan ayuda que nunca llega.

Migrantes: “Aquí nos frena el mar y el dinero”

En Miramar, un poblado panameño que se asoma al Caribe, decenas de migrantes aguardan para embarcarse rumbo a Colombia. Algunos quieren volver a Venezuela, otros solo salir del limbo. La mayoría no tiene papeles ni dinero para vuelos humanitarios.

Jesús Alfredo Aristigueta, venezolano de 32 años, dice que fue secuestrado en México mientras intentaba regresar. “Lo peor no fue no llegar. Lo peor fue volver y no tener cómo”, lamenta. La ayuda que antes facilitaba el viaje al norte ya no existe para los que desean volver.

Los peligros no se acaban

Colombia ha visto un incremento inusual de personas cruzando a pie el Darién desde Panamá. Más de 10.000 migrantes han hecho ese cruce de retorno en cinco meses. Son pasos invisibles, sin apoyo, sin rutas seguras, y con el riesgo constante de redes criminales, trata de personas y violencia sexual.

La Defensoría del Pueblo ha lanzado alertas: los que regresan lo hacen sin protección, sin acompañamiento institucional. Muchos son menores no acompañados.

Una patria incierta

Venezuela ha intentado responder con el programa “Gran Misión Vuelta a la Patria”, que ha traído de regreso a más de 5.600 personas deportadas por EE.UU. en vuelos con escala en México o Centroamérica. A su llegada, hay atención médica y promesas de reintegración laboral. Pero para la mayoría, el país al que vuelven no es mejor que el que dejaron.

Mireille Girard, de ACNUR en Colombia, lo resume así: “La migración inversa es un nuevo desafío humanitario. Necesita cooperación urgente”.

Nuevos destinos, mismos vacíos

No todos los migrantes regresan. Algunos simplemente cambian de dirección. En Ecuador, los flujos migratorios viran hacia Argentina. Más de 7.700 ecuatorianos han salido en los primeros meses de 2025 sin que se registre su retorno. Mientras tanto, programas de migración circular impulsados por el Gobierno ecuatoriano aún no logran despegar.

En Perú, la situación se vuelve crítica: la reducción de fondos de cooperación ha limitado el apoyo a migrantes venezolanos. Y más de 12.000 peruanos han sido deportados desde Estados Unidos desde 2022.

En República Dominicana, el giro es más brutal: más de 153.000 haitianos han sido deportados solo en cinco meses, incluso desde hospitales, donde ahora se exige documentación antes de brindar atención médica.

Un éxodo sin mapa

El camino de vuelta está marcado por la pobreza, la incertidumbre y la ausencia de respuestas. Mientras las políticas migratorias se endurecen, los que se van, y los que regresan, quedan atrapados en un sistema que no los ve, no los protege y no los espera.

Los pasos que ayer iban al norte, hoy regresan por las mismas sendas. Pero los peligros siguen siendo los mismos. Solo que ahora, ya no se sueña.

Para más historias como esta, sigue a Más Latino.

Fuentes: