Foto tomada de: The White House
La final del Mundial de Clubes 2025, que enfrentó al Chelsea y al PSG ante más de 80 mil espectadores en el MetLife Stadium, en New Jersey, terminó con un claro campeón y un invitado inesperado al centro del protagonismo: el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump.
Trump apareció en la ceremonia de premiación junto al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en un momento que generó reacciones mixtas tanto en el estadio como en redes sociales. Mientras algunos asistentes lo ovacionaron al reconocer su figura, otros expresaron descontento con abucheos audibles que se intensificaron cuando se le vio entregando medallas y permaneciendo en el escenario más tiempo del esperado.
Se sabe que su presencia no fue anunciada oficialmente. Su aparición en el lugar ocurre a un año del atentado que sufrió durante un acto de campaña en Pensilvania y a un año del Mundial 2026 que será organizado en parte por Estados Unidos.
¿Qué dices los expertos de la aparición de Trump?
Analistas ven su aparición como una jugada política y comunicacional. Trump ha buscado proyectar imagen de fortaleza institucional y cercanía con eventos que movilizan a masas, como el fútbol internacional.
Durante un breve contacto con periodistas en la zona VIP, Trump bromeó con la posibilidad de emitir una orden ejecutiva para que en EE. UU. se comience a llamar “football” al fútbol en lugar de “soccer”.
Su aparición vuelve a poner sobre la mesa el tema de la politización del deporte, especialmente de cara al Mundial 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.
Desde el entorno de la FIFA no hubo comentarios sobre su presencia, mientras que voceros del comité organizador local señalaron que cualquier figura pública es bienvenida.
Mientras los jugadores del Chelsea celebraban eufóricos su victoria, levantando el trofeo entre serpentinas y aplausos, muchos se sorprendieron al ver a Donald Trump descender del palco y unirse inesperadamente al grupo en el campo.
Sin formar parte del protocolo oficial de premiación, el presidente se acercó al centro de la acción y posó en varias fotos con los campeones. Para algunos, fue un gesto llamativo; para otros, una interrupción fuera de lugar. Lo cierto es que, sin patear un balón, Trump volvió a colocarse en el centro del encuadre, generando más conversación que incluso algunos goles del torneo.
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