Trump y el Congreso chocan: riesgo de ‘shutdown’
El gobierno de EE. UU. enfrenta un inminente cierre por la falta de acuerdo entre la Casa Blanca de Trump y los demócratas sobre el financiamiento.

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A pocas horas de que termine el ejercicio fiscal, Estados Unidos vive una crisis institucional latente: ni el Congreso ni la Casa Blanca han logrado un acuerdo sobre la financiación pública, lo que pone en riesgo el cierre de agencias federales o ‘shutdown’ y hasta la “pausa” operativa de la Casa Blanca si no se ataja el conflicto. El presidente Donald Trump, al frente del Ejecutivo, se enfrenta a una bancada demócrata que condiciona su respaldo a un proyecto de “rescate” del gobierno al cumplimiento de ciertas demandas en salud pública.
El origen del choque: un “clean bill” contra exigencias demócratas
Republicanos proponen un proyecto de ley de continuidad (continuing resolution, CR) de carácter “limpio”: extender el financiamiento por siete semanas hasta el 21 de noviembre, manteniendo los niveles actuales de gasto sin incluir disposiciones adicionales.
Sin embargo, los demócratas insisten en que este proyecto no puede aprobarse si no contiene la extensión de subsidios del Affordable Care Act (ACA, ley de salud), así como la reversión de recortes a Medicaid y otras cláusulas que consideran esenciales para proteger el acceso sanitario.
El choque fundamental es este: los demócratas ven la extensión de subsidios de salud como no negociable, mientras que la Casa Blanca y los republicanos sostienen que incluir esos requisitos convertiría el proyecto en un “omnibus encubierto”, cargado de condiciones políticas.
Trump: Reuniones frustradas y mensajes cruzados
Este lunes 29 de septiembre se celebró una reunión en la Casa Blanca con Trump, el vicepresidente JD Vance y líderes del Congreso de ambas bancadas (Schumer, Jeffries, Thune, Johnson). Los esfuerzos por conciliar resultaron infructuosos, y los demócratas abandonaron el encuentro sin acuerdo.
Vance advirtió tras la reunión que el gobierno “va rumbo a un cierre” si los demócratas no ceden. Por su parte, el presidente Trump ha dicho que el cierre es una posibilidad real y ha rechazado las demandas demócratas, señalando que ellos deberán asumir las consecuencias políticas si no cooperan.
Además, Trump canceló previamente una reunión con Schumer y Jeffries, argumentando que sus exigencias eran “ridículas” y que no veía espacio para una negociación productiva. Esta decisión fue percibida por los demócratas como un acto deliberado de presionar para que cedan.
Shutdown: Consecuencias inminentes
Si al filo de la medianoche del 30 de septiembre no se aprueba un proyecto de financiación, muchas agencias federales deberán suspender sus operaciones (para aquellas funciones consideradas “no esenciales”), y miles de empleados serán puestos en condición de “furlough” (sin pago hasta que se reanuden los fondos).
En términos simbólicos, aunque no se habla de un “cierre físico” de la Casa Blanca como edificio, la paralización del aparato administrativo — la imposibilidad de actuar con normalidad en funciones del gobierno — equivaldría a un bloqueo operativo para muchos efectos. Los departamentos legales y de seguridad mantienen planes de contingencia (internos) para seguir funcionando en lo esencial.
El shutdown traerá también un costo político considerable para ambas partes. Los republicanos acusan a los demócratas de “chantajear” con el cierre para avanzar su agenda, mientras los demócratas acusan al Ejecutivo de utilizar el cierre como herramienta de presión para imponer condiciones sin negociación.
El papel del financiamiento y las reformas recientes
El conflicto no surge solo por la disputa de la salud: el gobierno, bajo la administración Trump, ya ha promovido recortes y rescisión de partidas presupuestales que han generado roces con sectores tradicionalmente menos partidistas. Por ejemplo, la Ley de Rescisión de 2025 (Rescissions Act) aprobada y firmada por Trump recortó 7.9 mil millones de dólares a programas de asistencia internacional y 1.1 mil millones al financiamiento de radiodifusión pública (PBS, NPR). Además, el Ejecutivo firmó una orden para eliminar fondos federales al CPB (Corporation for Public Broadcasting) argumentando sesgos mediáticos.
Estas medidas, vistas por muchos como decisiones políticas más que puramente administrativas, exacerban la percepción de que las disputas de financiamiento no son meramente técnicas, sino profundamente ideológicas.
¿Quién puede ceder?
Las posibilidades políticas giran alrededor de tres escenarios:
- Los demócratas aceptan el proyecto “limpio” sin concesiones sanitarias: eso debilitaría su posición política, pues cederían en uno de sus temas bandera.
- El Ejecutivo o los republicanos permiten incluir subsidios de salud en el proyecto de financiación: perderían su argumento de que ese tema no debe condicionarse a la continuidad del gobierno.
- El impasse se mantiene y ocurre el cierre (shutdown): muchas agencias permanecerán inactivas, los trabajadores federales verán afectadas sus nóminas, y la presión política recaerá en quien logre ser percibido como responsable del fallo.
La tensión del límite de tiempo
El reloj avanza y no hay margen para grandes negociaciones largas. El Congreso necesita aprobar, y el presidente firmar, un proyecto antes de la medianoche de este martes para evitar el shutdown. Algunos observadores esperan que, en los últimos momentos, surja un compromiso “de emergencia”.
Por lo pronto, la tensión política, el partidismo y el rol del financiamiento están en el centro de esta crisis, con la Casa Blanca como epicentro del choque entre dos visiones del gobierno.
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Fuentes: