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El cierre parcial del gobierno federal de Estados Unidos continúa este 15 de octubre, sin señales de una pronta solución. Tras otro rechazo en el Senado, las negociaciones entre republicanos y demócratas permanecen estancadas mientras la administración Trump recurre a medidas extraordinarias para mantener operativos algunos servicios esenciales.
Un nuevo bloqueo en el Senado
El Senado volvió a rechazar un proyecto republicano para reabrir parcialmente el gobierno, con una votación de 49 a 45. Los demócratas insisten en que cualquier acuerdo debe incluir protecciones para la Ley de Cuidados Asequibles (ACA), mientras que los republicanos exigen reanudar primero el funcionamiento del gobierno antes de discutir otros temas.
El presidente Donald Trump, por su parte, ha aprovechado el cierre para reforzar su mensaje de recorte del gasto público. Desde la Casa Blanca advirtió que “programas innecesarios” podrían desaparecer si no se llega a un acuerdo.
Medidas para sostener funciones críticas
Para evitar un colapso total de operaciones esenciales, el gobierno ordenó al Departamento de Defensa usar fondos disponibles y asegurar el pago de las tropas.
Mientras tanto, sectores clave como la aviación enfrentan consecuencias directas: escasez de personal en control de tráfico aéreo, miles de retrasos diarios y largas filas en aeropuertos.
Además, la publicación del ajuste por costo de vida (COLA) de la Seguridad Social fue aplazada por falta de datos oficiales, lo que afecta a millones de beneficiarios.
Impacto económico y social creciente
El cierre ya cuesta alrededor de 15 mil millones de dólares por semana en pérdidas económicas, según estimaciones preliminares. Más de 4.000 empleados federales han sido despedidos desde el inicio de la crisis, mientras otros tantos permanecen sin sueldo debido a licencias obligatorias.
Parques nacionales, museos, oficinas de turismo y otros servicios no esenciales permanecen cerrados. Programas de inspección sanitaria y servicios administrativos también se han visto interrumpidos.
Un pulso político sin salida clara
Ambos partidos se acusan mutuamente del estancamiento. Desde la Cámara Baja, el liderazgo republicano asegura que los demócratas “bloquean soluciones por intereses políticos”, mientras que los demócratas señalan que “la Casa Blanca usa el cierre como herramienta de presión”.
Si la parálisis continúa, este podría convertirse en uno de los cierres más largos en la historia moderna de EE.UU.
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