Foto en el Dominio Público, via Wikimedia Commons
La Universidad de Columbia en New York ha anunciado que le pagarán más de $200 millones de dólares a la Administración de Donald Trump para restaurar los fondos federales que el gobierno le retiró a la universidad. Este anuncio marca la conclusión de un conflicto legal entre la universidad y el gobierno federal que inició con la investidura de Donald Trump a principios de este año.
En un anunció publicado este miércoles 23, la universidad explicó que le pagarán $200 millones de dólares al gobierno a través de tres años. Adicionalmente, la Universidad de Columbia ha aceptado pagar $21 millones de dólares para resolver denuncias sobre supuestas violaciones de los Derechos Civiles de sus estudiantes judíos.
Este anunció es una respuesta a los ataques legales que la universidad ha recibido por parte de la Administración de Donald Trump. El gobierno le ha quitado $400 millones y amenazó con continuar pausando sus fondos federales, poniendo miles de millones de dólares en peligro.
“Este acuerdo representa un paso importante hacia adelante tras un período de constante escrutinio federal e incertidumbre institucional”. – Presidenta Interina de la Universidad de Columbia, Claire Shipman.
La Universidad de Columbia vs Trump
La Administración de Donald Trump ha denunciado a la universidad neoyorquina por sus supuestos maltratos a su población estudiantil judía. Este contexto emerge del ataque por parte de la organización terrorista, Hamas, contra el pueblo judío en Israel en Octubre del 2023. Las respuestas del gobierno israelí contra el pueblo palestino han generado varias protestas estudiantiles a travez de diferentes campuses universitarios, incluyendo Columbia.
El gobierno argumenta que la Universidad de Columbia no ha aplicado las medidas necesarias para combatir el antisemitismo despúes de este ataque. Este argumento ha generado polémica a nivel nacional, poniendo una lupa sobre las diferencias entre el antisemitismo y las demostraciones en contra del gobierno israelí.
Columbia University ya había empezado a ceder su resistencia en marzo de este año. Acoplándose a las demandas de Donald, Columbia prohibió a sus estudiantes utilizar máscaras para proteger su identidad. También, Columbia decretó que sus estudiantes no pueden protestar en edificios académicos. La universidad también reestructuró su sistema de disciplina académica y puso varios programas con enfoque en estudios internacionales bajo revisión.
El Nuevo Antisemitismo
La universidad se acopló a una de las demandas más polémicas del gobierno: el aplicar una definición particular del antisemitismo a todos sus sistemas académicos; incluyendo el nuevo comité que establecieron para investigar la “actividad antisemita” de sus estudiantes. Esta definición fue propuesta en el 2016, pero no fue adoptada a nivel federal. En el 2019 y en el 2025, Donald implementó ordenes ejecutivas para que fuera considerada:
“El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia ellos. Las manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo se dirigen tanto a personas judías como no judías y/o a sus bienes, así como a instituciones comunitarias judías y lugares de culto religioso.” – Departamento de Estado de los Estados Unidos.
El Departamento de Estado ennumera varios ejemplos de lo que ahora consideran actividad antisemita, incluyendo lo siguiente:
“Las manifestaciones pueden incluir ataques dirigidos contra el Estado de Israel, concebido como una colectividad judía.”
Esta es la parte de la definición que genera polémica. La protesta es una tradición, y un derecho estadounidense, y el Estado de Israel, a pesar de ser un aliado extremadamente cercano de los Estados Unidos, ha embarcado en acciones sumamente polémicas que han provocado críticas a nivel internacional. Particularmente, las atrocidades que continua cometiendo contra el pueblo palestino, incluso si estas ocurren como parte de su esfuerzo de defenderse de Hamas.
Columbia: La Primera en Rendirse
La Administración de Donald Trump emerge victoriosa de su conflicto legal con Columbia. Esto presenta un antecedente preocupante para las otras universidades actualmente enfrentadas al gobierno. Harvard University es la otra organización que continuará peleando contra la interferencia, pero con la pérdida de Columbia, las cosas no se ven bien.
El resultado de estos conflictos legales podría redefinir los derechos de los estudiantes a manifestarse contra políticas con las que no están de acuerdo. Los estudiantes de Columbia han perdido gran parte de su voz, y si los de Harvard siguen el mismo camino, la tradición estadounidense de la protesta podría transformarse hasta volverse irreconocible.
Para más historias como esta, sigue a Más Latino.
Fuentes: