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El presidente Donald Trump generó revuelo político y mediático tras difundir en Truth Social un video donde respalda el uso de productos derivados del cannabis, especialmente el cannabidiol (CBD), para el cuidado de adultos mayores. En el mensaje, Trump asegura que este componente podría ayudar a combatir dolores crónicos, ansiedad y otros problemas de salud, lo que lo posiciona de manera más favorable frente a un tema históricamente divisivo en la política estadounidense.
Un giro en la narrativa republicana
El republicano ha insistido en la necesidad de reclasificar la marihuana dentro de la Ley de Sustancias Controladas. Actualmente clasificada en el nivel más restrictivo (Schedule I), al mismo nivel que drogas como la heroína, Trump ha sugerido moverla a Schedule III, lo que reduciría penas federales, permitiría mayor investigación científica y aliviaría la carga fiscal sobre la industria.
Su postura no se limita al plano federal. Trump también se ha mostrado abierto a medidas estatales, como la Enmienda 3 en Florida, que busca legalizar el uso recreativo de marihuana en adultos. Con este posicionamiento, envía una señal clara de que respalda a los estados que deciden avanzar hacia la regulación, un contraste con posturas más rígidas de otros líderes republicanos.
Además, Trump se pronunció a favor de que las empresas de cannabis tengan acceso a servicios bancarios, un obstáculo que por años ha obligado a negocios del sector a operar en efectivo, con riesgos de seguridad y limitaciones de crecimiento.
Reacciones: entre apoyo y escepticismo
Las declaraciones fueron recibidas con entusiasmo por parte de activistas y empresarios vinculados al cannabis, quienes ven en este respaldo una oportunidad para impulsar cambios legislativos que el Congreso ha pospuesto repetidamente. “Que un expresidente apoye abiertamente el tema ayuda a romper estigmas y puede acelerar la normalización política”, señaló un portavoz de la National Cannabis Industry Association.
Sin embargo, no todos celebraron el anuncio. Analistas y opositores acusaron a Trump de oportunismo electoral, subrayando que durante su mandato no promovió reformas federales de fondo y que ahora busca capitalizar un tema con amplio apoyo social, especialmente entre votantes jóvenes y moderados. “Es más un guiño político que un compromiso real”, afirmó un columnista del Washington Post.
Impacto económico inmediato
La industria reaccionó rápidamente al pronunciamiento. Varias compañías de cannabis vieron subir sus acciones en Wall Street tras la difusión del video, reflejando el optimismo de los inversionistas ante un posible cambio regulatorio. Expertos financieros sostienen que una reclasificación federal podría abrir el acceso a capital, reducir los costos fiscales y multiplicar el valor de un mercado ya en expansión en más de 30 estados.
Algunos analistas, sin embargo, advierten que las promesas políticas no siempre se traducen en cambios legislativos concretos, y que la fragmentación en el Congreso podría frenar cualquier avance inmediato.
Cannabis en el centro de la campaña
La marihuana medicinal cuenta con amplio respaldo ciudadano, y el consumo recreativo es ya legal en buena parte del país, lo que sitúa al cannabis como un punto de consenso entre demócratas y republicanos a nivel estatal.
Con este movimiento, el presidente no solo coloca el debate en la agenda pública, sino que también obliga a sus adversarios políticos a definir posturas más claras en un asunto que, hasta hace poco, era tabú en las campañas nacionales.
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