Foto tomada de: X
La NASA anunció el lunes la selección de una nueva clase de 10 candidatos a astronauta, elegidos de entre más de 8,000 postulantes de todo Estados Unidos. Se trata de la 24ª clase de astronautas de la agencia desde 1959.
Diversidad histórica
Por primera vez en la historia de la agencia, el número de mujeres supera al de hombres en un grupo de astronautas elegidos: seis mujeres y cuatro hombres. Algunos de los seleccionados ya tienen experiencia relevante: por ejemplo, una geóloga que colaboró con la misión Curiosity en Marte y con los equipos de Artemis para la Luna; y otra candidata que ya voló al espacio en una misión privada con SpaceX.
Entrenamiento riguroso y misiones futuras
El proceso continúa con dos años de formación obligatoria antes de que los nuevos seleccionados puedan volar. Se entrenarán en diversas disciplinas: supervivencia en tierra y agua, robótica, medicina espacial, geología lunar y marciana, caminatas espaciales simuladas, entre otras habilidades necesarias para misiones en órbita baja, en la Luna (Artemis) y, eventualmente, en Marte.
Metas ambiciosas con Artemis como punto de partida
Estos astronautas han sido elegidos en el contexto del programa Artemis, que busca volver a colocar humanos en la Luna y construir una presencia sostenible allí como trampolín para misiones tripuladas a Marte. Aunque no todos estos candidatos participarán en Artemis III (la misión lunar con aterrizaje), la nueva clase reforzará la capacidad de la NASA para futuras exploraciones profundas.
Vocación, formación y perfiles variados
Entre los seleccionados figuran militares, pilotos de prueba, científicos y médicos, con trayectorias que abarcan desde la ingeniería aeroespacial hasta la geología. Algunos ya han trabajado en misiones de exploración planetaria o en proyectos comerciales del espacio, lo que aporta diversidad de experiencia al grupo.
¿Qué desafíos vienen?
Aunque la selección es un paso importante, los retos son múltiples: demostrar capacidad operativa real, completar un entrenamiento muy exigente y cumplir con los plazos del programa Artemis, que ha enfrentado retrasos. Además, las misiones a Marte implican desafíos tecnológicos, fisiológicos y logísticos aún sin resolver.
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Fuentes:
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