Criminalidad en EE. UU. cayó drásticamente en 2024
2024 marca un año clave en la baja del crimen en EE. UU., con descensos históricos en violencia, aunque suben robos y fraudes digitales.

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Los patrones delictivos en Estados Unidos están experimentando una transformación significativa, con una reducción histórica en múltiples categorías de criminalidad, según los últimos datos publicados por el Programa de Reporte Uniforme de Crimen (UCR) del FBI.
Las cifras oficiales revelan un panorama alentador que muestra una mejora sostenida en la seguridad pública a nivel nacional.
Comparativa 2023 – 2024
Durante el año 2023, se reportaron más de 14 millones de delitos en todo el país, recopilados por agencias policiales que cubren a más de 315 millones de personas. El análisis de estos datos reflejó una caída generalizada en las tasas de crímenes violentos, con descensos notables en homicidios, agresiones y delitos sexuales. La tendencia siguió en 2024, lo que marca un punto de inflexión importante tras años de incertidumbre en materia de seguridad.
Entre los hallazgos más relevantes, destaca una disminución del 11.6% en la tasa de homicidios durante 2023, representando la mayor caída anual registrada en la historia del país. Medida por cada 100,000 habitantes, la reducción asciende al 12%. Este descenso refuerza una tendencia de tres años consecutivos de baja en crímenes violentos.
Otros delitos de alto impacto también mostraron caídas significativas. Los casos de violación bajaron un 9.4% en 2023, con una disminución aún más pronunciada del 25.7% en el primer trimestre de 2024. Las agresiones con agravantes se redujeron en un 2.8%, manteniendo su tendencia descendente, mientras que los robos disminuyeron ligeramente en un 0.3%, aunque con una caída del 14% en los primeros seis meses de 2024.
En cuanto a delitos contra la propiedad, el informe revela una reducción del 2.4%, aunque con resultados mixtos entre sus distintas categorías. El dato más preocupante es el aumento del 12.6% en el robo de vehículos, convirtiéndose en la única categoría principal que registró un incremento. Las autoridades lo atribuyen a actividades delictivas organizadas y vulnerabilidades en los sistemas de seguridad digital de los automóviles.
Por otro lado, el crimen digital continúa creciendo a ritmo acelerado. Las pérdidas por delitos cibernéticos alcanzaron los 16 mil millones de dólares en 2023, lo que representa un aumento del 33% respecto al año anterior. El FBI advierte que este tipo de crimen representa uno de los mayores desafíos emergentes para las agencias de seguridad, en un contexto cada vez más digitalizado.
Una década de contrastes y recuperación
Los datos analizados entre 2014 y 2024 muestran una década marcada por contrastes. Mientras los primeros años vieron aumentos modestos en el crimen violento —especialmente entre 2014 y 2016, cuando la tasa de homicidios llegó a 5.3 por cada 100,000 personas—, los delitos contra la propiedad se redujeron progresivamente gracias a mejoras en planificación urbana, tecnología de vigilancia y tácticas policiales.
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 en 2020 provocó un repunte abrupto en la criminalidad. En 2021, se alcanzó el punto más alto en dos décadas, con 1.33 millones de crímenes violentos y una tasa de homicidios de 6.9 por cada 100,000 habitantes. La inestabilidad social, la crisis económica y la reducción en servicios comunitarios fueron factores determinantes en este incremento.
Desde 2022, el país ha mostrado señales claras de recuperación. Las proyecciones para 2025 estiman que la tasa de homicidios caerá a 4.4 por cada 100,000 personas, el nivel más bajo en diez años, acompañado de nuevas reducciones en delitos contra la propiedad.
Un futuro más seguro, pero con nuevos retos
Expertos y autoridades coinciden en que el descenso en los delitos violentos es resultado de una combinación de estrategias: políticas de prevención basadas en datos, mayor inversión en seguridad pública, colaboración comunitaria y nuevas tecnologías aplicadas al trabajo policial.
No obstante, los retos persisten. El auge del crimen cibernético y el aumento del robo de vehículos evidencian una necesidad de adaptar los enfoques de seguridad a las amenazas modernas. Mientras la criminalidad tradicional retrocede.
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Fuentes: