Tensión entre Wu y el Revolution por el estadio en Everett
Polémica por el estadio del Revolution: Wu critica el acuerdo, mientras el club acusa a Boston de retrasar negociaciones.

Office of the Governor of Massachusetts, Public domain, via Wikimedia Commons
El lunes por la mañana, la alcaldesa de Boston, Michelle Wu, lanzó duras críticas contra el grupo Kraft, propietario del club de fútbol New England Revolution, por lo que considera una oferta “poco seria” en el marco de las negociaciones para construir un nuevo estadio en la ciudad vecina de Everett.
Durante su intervención en un parque de Charlestown, Wu cuestionó el monto propuesto por el club como parte del acuerdo de mitigación obligatorio por ley estatal, el cual ascendía a una suma de 750.000 dólares. Esta cifra dista significativamente de los 68 millones de dólares que la ciudad recibió anteriormente en un acuerdo similar vinculado a la construcción del casino Encore.
“La oferta no está a la altura de lo que esta ciudad merece”, declaró Wu. “Y, además, tuvimos que arrastrarlos, prácticamente, para que incluyeran a Boston en la mesa de negociaciones”.
Respuesta inmediata de los promotores del estadio
Horas más tarde, el presidente del Revolution, Brian Bilello, acompañado por el alcalde de Everett, Carlo DeMaria, convocó apresuradamente una rueda de prensa en el mismo terreno donde se proyecta la construcción del estadio.
Bilello refutó las declaraciones de Wu y afirmó que fue la ciudad de Boston la que demoró el inicio de las conversaciones. Según el directivo, desde noviembre de 2024 intentaron contactar a las autoridades para avanzar en un acuerdo de impacto comunitario, sin obtener respuesta hasta mediados de febrero de este año.
“En todo momento hemos actuado con seriedad y compromiso. Tuvimos que insistir varias veces antes de obtener una reunión”, indicó. “Desde entonces, hemos sostenido más de seis encuentros con la ciudad, todos en un tono cordial y productivo”.
Pese a las tensiones políticas, Bilello destacó que las conversaciones han sido sustantivas y que el equipo ha proporcionado la información requerida, incluyendo estudios sobre tráfico y medidas de mitigación ambiental.
“Cuando no teníamos información, iniciamos los estudios necesarios. La ciudad está al tanto de esto”, recalcó.
¿Qué sigue ahora?
Según la legislación aprobada en otoño pasado, ambas partes deberán trabajar junto a un mediador oficial para alcanzar un acuerdo antes de que termine el año. Si no logran resolver sus diferencias, el caso pasará a un proceso de arbitraje obligatorio.
Mientras tanto, la comunidad sigue a la expectativa sobre si este nuevo estadio será construido.
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